Sucedió hace poco mas de 8 años, serian como las 7 de la noche de un sábado, como cualquiera de los cadetes navales de entonces, mi compañero y yo andábamos por Caracas, limpios, con hambre, mucho sueño y una erección permanente, de abordo traíamos las reglas del juego bien claras, esta prohibido terminantemente vestirse de civil durante la franquia en tierra, mi compañero y yo hicimos poco caso de aquello y solo pensábamos en encontrar un cajero para sacar dinero y buscar algo de acción en aquella recien conocida para nosotros, vida nocturna caraqueña, pero para que uniformarnos si el cajero estaba solo a dos cuadras de nuestra residencia, muy cerca por el terminal de la bandera.
La verdad es que a un militar vestido de civil se le reconoce muy fácil, generalmente lleva gorra, con un corte perfecto por donde se nota que han pasado "la uno" y un caminar muy característico, como si va marchando y siempre con prisa, pero nosotros teníamos una ventaja y es que ninguno de los dos pasamos de los 1,65 mts de estatura.
Llegamos al banco y mientras sacábamos el dinero se nos acercaron tres compañeros cadetes de la guardia nacional, estaban impecablemente uniformados, con sus zapatos, la hebilla y hasta los botones exageradamente pulidos, los conocíamos porque estuvimos juntos durante nuestro primer año en la escuela básica en Maracay, donde comenzamos juntos para después ir cada quien a su escuela de formación respectiva (ejercito, aviación, guardia nacional y armada), nos alegro mucho volver a verlos y nos pusimos a conversar sobre las cosas de nuestra nueva escuela y bromear acerca de la ajetreada vida de cadetes que llevabamos.
Mientras eso sucedía se estaciono muy cerca de nosotros una camioneta, se bajo un señor y se colocó detrás de nosotros en la cola del cajero, nosotros continuamos normalmente entre risas y anecdotas nuestra tertulia castrense, yo note que aquel desconocido me miraba algo extraño pero no le preste mayor atención, pense que seria por estar charlando con los uniformados y la gente es muy curiosa con eso, pero de repente aquel individuo me abordo y me pregunto frontalmente "USTED ES CADETE?" yo inocentemente le respondí que "Si", que les puedo decir, en la calle a menudo me lo preguntaban y esta vez no tenia porque ser diferente, pero al escuchar mi respuesta la cara de indignación de aquel individuo no fue normal, enseguida tambien inquirió a mi compañero "USTED TAMBIEN?" y el muy desleal respondió con la mayor sinceridad del mundo, "NO, YO SOY SU PRIMO" claro, como es más enano que yo penso muy rapido y se aprovecho de la situacion, aquel señor hasta entonces desconocido saco de su cartera un carnet que lo identificaba como oficial activo de las fuerzas armadas, lo que automaticamente significaba que yo estaba metido en tremendo li-ó, de esos en los que solo deseas que inmediatamente te trague la tierra o que el tiempo se detenga pero no es posible, lo que siguió fue un tremendo sermón en plena calle con los uniformados y yo inmovilizados, escuchando al teniente reprimiendonos diciendo que como era posible que los cadetes andarán de civil tan tranquilos por la calle, cuando niguno y ni de ninguna fuerza estaban autorizados para ello.
En lo siguiente el teniente despacho a los guardias y se quedo conmigo y con "mi primo" hablándonos y adoctrinándonos acerca del "deber ser", la moral, la disciplina, la responsabilidad y todo aquel infinito cuento, para luego sacar de sus bolsillos una libretica y un bolígrafo, para ese momento ya yo estaba resignado a que me había metido en el gran peo de mi vida, vestir de civil sin permiso durante la franquia es una de las faltas mas graves para los navales y no había nada entre cielo y tierra que me salvara de aquello, el teniente muy airado y lapicero en mano me pregunto "NOMBRE SUYO??" yo cabizbajo, nervioso y a regañadientes pronuncie mi apellido apenas entendible, quizás alargando la agonía murmure "cadete M%#eadlyo" (mi apellido es Meaño), el teniente mas se encolerizó y me grito "COMO?? NOMBRE SUYO NUEVO????" listo!! lo que yo necesitaba, solo un segundo para pensar!! así que le respondí un poco más audible "CADETE MUÑIZ" y luego con algo más de energía, mas calmadamente y viéndolo a los ojos le dije "CADETE DE 2° AÑO MUÑIZ RODRIGUEZ, HENRY JOSE", a mi supuesto primo casi se le salen los ojos cuando escucho aquella mezcla de apellidos y nombres que me invente en ese instante, la siguiente pregunta que vino fue "DE QUE ESCUELA ES USTED???" esa si estaba difícil, no pude ver en el carnet de que fuerza era el oficial, muy probablemente debia ser del ejercito por aquello del "Deber Ser" pero no estaba seguro, tambien podia ser aviador, guardia nacional o en el peor de los casos de la naval, sin poder pensar mucho respondí "ACADEMIA MILITAR" y más se indigno aquel teniente que resulto ser del ejercito, pero que por cosas de Dios no trabajaba en la academia, así siguió interrogandome y anotando todo los datos que yo le daba, pero yo ya estaba metido en mi papel, le respondia todo lo que me preguntaba, llegue hasta darle el numero de mi litera y de mi escaparate en una escuela que noi siquiera conocia.
Por ultimo me dio un plazo de dos horas en las que debía ir a uniformarme para luego presentarme en la academia militar, donde el mismo me esperaría para verificar que se me aplicara la sanción respectiva, me mando a retirar y mi compañero y yo nos alejamos del sitio a pasos rápidos, aguantando las risas y aun incrédulos de todo lo que había pasado en cuestión de media hora cuando solo queríamos ir a sacar un poco de dinero.
La verdad es que a un militar vestido de civil se le reconoce muy fácil, generalmente lleva gorra, con un corte perfecto por donde se nota que han pasado "la uno" y un caminar muy característico, como si va marchando y siempre con prisa, pero nosotros teníamos una ventaja y es que ninguno de los dos pasamos de los 1,65 mts de estatura.
Llegamos al banco y mientras sacábamos el dinero se nos acercaron tres compañeros cadetes de la guardia nacional, estaban impecablemente uniformados, con sus zapatos, la hebilla y hasta los botones exageradamente pulidos, los conocíamos porque estuvimos juntos durante nuestro primer año en la escuela básica en Maracay, donde comenzamos juntos para después ir cada quien a su escuela de formación respectiva (ejercito, aviación, guardia nacional y armada), nos alegro mucho volver a verlos y nos pusimos a conversar sobre las cosas de nuestra nueva escuela y bromear acerca de la ajetreada vida de cadetes que llevabamos.
Mientras eso sucedía se estaciono muy cerca de nosotros una camioneta, se bajo un señor y se colocó detrás de nosotros en la cola del cajero, nosotros continuamos normalmente entre risas y anecdotas nuestra tertulia castrense, yo note que aquel desconocido me miraba algo extraño pero no le preste mayor atención, pense que seria por estar charlando con los uniformados y la gente es muy curiosa con eso, pero de repente aquel individuo me abordo y me pregunto frontalmente "USTED ES CADETE?" yo inocentemente le respondí que "Si", que les puedo decir, en la calle a menudo me lo preguntaban y esta vez no tenia porque ser diferente, pero al escuchar mi respuesta la cara de indignación de aquel individuo no fue normal, enseguida tambien inquirió a mi compañero "USTED TAMBIEN?" y el muy desleal respondió con la mayor sinceridad del mundo, "NO, YO SOY SU PRIMO" claro, como es más enano que yo penso muy rapido y se aprovecho de la situacion, aquel señor hasta entonces desconocido saco de su cartera un carnet que lo identificaba como oficial activo de las fuerzas armadas, lo que automaticamente significaba que yo estaba metido en tremendo li-ó, de esos en los que solo deseas que inmediatamente te trague la tierra o que el tiempo se detenga pero no es posible, lo que siguió fue un tremendo sermón en plena calle con los uniformados y yo inmovilizados, escuchando al teniente reprimiendonos diciendo que como era posible que los cadetes andarán de civil tan tranquilos por la calle, cuando niguno y ni de ninguna fuerza estaban autorizados para ello.
En lo siguiente el teniente despacho a los guardias y se quedo conmigo y con "mi primo" hablándonos y adoctrinándonos acerca del "deber ser", la moral, la disciplina, la responsabilidad y todo aquel infinito cuento, para luego sacar de sus bolsillos una libretica y un bolígrafo, para ese momento ya yo estaba resignado a que me había metido en el gran peo de mi vida, vestir de civil sin permiso durante la franquia es una de las faltas mas graves para los navales y no había nada entre cielo y tierra que me salvara de aquello, el teniente muy airado y lapicero en mano me pregunto "NOMBRE SUYO??" yo cabizbajo, nervioso y a regañadientes pronuncie mi apellido apenas entendible, quizás alargando la agonía murmure "cadete M%#eadlyo" (mi apellido es Meaño), el teniente mas se encolerizó y me grito "COMO?? NOMBRE SUYO NUEVO????" listo!! lo que yo necesitaba, solo un segundo para pensar!! así que le respondí un poco más audible "CADETE MUÑIZ" y luego con algo más de energía, mas calmadamente y viéndolo a los ojos le dije "CADETE DE 2° AÑO MUÑIZ RODRIGUEZ, HENRY JOSE", a mi supuesto primo casi se le salen los ojos cuando escucho aquella mezcla de apellidos y nombres que me invente en ese instante, la siguiente pregunta que vino fue "DE QUE ESCUELA ES USTED???" esa si estaba difícil, no pude ver en el carnet de que fuerza era el oficial, muy probablemente debia ser del ejercito por aquello del "Deber Ser" pero no estaba seguro, tambien podia ser aviador, guardia nacional o en el peor de los casos de la naval, sin poder pensar mucho respondí "ACADEMIA MILITAR" y más se indigno aquel teniente que resulto ser del ejercito, pero que por cosas de Dios no trabajaba en la academia, así siguió interrogandome y anotando todo los datos que yo le daba, pero yo ya estaba metido en mi papel, le respondia todo lo que me preguntaba, llegue hasta darle el numero de mi litera y de mi escaparate en una escuela que noi siquiera conocia.
Por ultimo me dio un plazo de dos horas en las que debía ir a uniformarme para luego presentarme en la academia militar, donde el mismo me esperaría para verificar que se me aplicara la sanción respectiva, me mando a retirar y mi compañero y yo nos alejamos del sitio a pasos rápidos, aguantando las risas y aun incrédulos de todo lo que había pasado en cuestión de media hora cuando solo queríamos ir a sacar un poco de dinero.
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